De lunes a viernes, de 6.30 a 12.30 trabaja en atención al público en la Dirección de Rentas, al salir, se pone el guardapolvo, cruza la plaza y hasta las 17.30 es la “Seño Liliana”.

Liliana Retamosa hace 28 años que trabaja en la Municipalidad, y hace 23 que es Profesora de la Enseñan-za Primaria. “En la municipalidad entré en principio en la parte social, en ese momento se llamaba Acción Social, después estuve un corto tiempo en Salud, otro en Personal, y desde 2002 a la fecha estoy en la Dirección de Rentas, precisamente en la parte de actividades comerciales”, explicó.

“En la Municipalidad mi trabajo tiene que ver con la atención al público, que también tiene que ver con la docencia, uno siempre busca todas las estrategias para que la otra persona se vaya bien, para atenderlos bien”. “Aparte de esto, la contención es fundamental, vivimos una etapa de mucha tensión y nerviosismo, entonces debemos desarrollar el sentido de la escucha hacia el otro, y eso su-cede en los dos ámbitos”, agregó.

En su escuela buscan desde lo institucional acercar a la familia, se hacen acuerdos de convivencia, donde se trata de focalizar la comunicación entre la familia y la escuela. Dentro de esos acuerdos se busca el objetivo de lograr un buen aprendizaje de los alumnos, “y acá en la Municipalidad también hacemos acuerdos constantemente en todo lo que hacemos”, comparó.

Por otro lado, expresó que todas las capacitaciones que las personas realizan van en conjunto con la docencia “toda capacitación ayuda a superarse y a ver cosas que en lo diario no lo vemos y por ahí cuando nos capacitan que escuchamos a otro, te ha-ce dar cuenta que a veces no hacemos todo bien, y cuando escuchamos a otro que nos da otra visión con otra mirada, vemos que capacitarse es fundamental, que te hace crecer constantemente”.

 

La vocación

Liliana por ambos trabajos tiene una vocación, “la vocación es una disposición interna que tiene uno con lo que hace, en la escuela me despierta el gusto por enseñar, y en la Munici-palidad el gusto por tratar de cada día atender mejor a la gente, al público, en definitiva para eso estamos”.

“Siempre buscando un objetivo de superación, así en la escuela buscamos que el chico aprenda y todo eso tiene que ir bajo un hilo conductor que es el respeto hacía el otro”, manifestó. “Si al aprendizaje no lo haces desde el amor, desde la comprensión, el chico no puede observar el aprendizaje”, añadió.

“Con nuestros contribuyentes tam-bién debemos hacerlo desde el respe-to, sino tampoco vamos a lograr gran-des objetivos, más cuando hablamos de temas muy triviales”. “Creo que el hilo conductor del respeto hacia el otro, es la comunión entre ambos trabajos”, recalcó.

Liliana cuenta que son dos vocaciones de servicio, en una con los niños y en otra con los adultos. En los niños busca constantemente estrategias para llegar a ellos, distintos caminos para que puedan entender, porque considera que no hay que enseñar como uno quiere, sino como el niño puede aprender.

Mientras que en la Municipalidad, tiene que escuchar al otro, cuáles son sus problemáticas y para eso debe hablar y comprender para así dar ciertas estrategias para que sea un buen contribuyente, tratando siempre de que se vayan conformes con la tarea que realizada.

 

La seño Liliana

Hace 23 años se egresó como Pro-fesora de la Enseñanza Primaria. Co-menzó a ejercer su profesión en la Es-cuela nº 1 “Guillermo Rawson”, luego de 3 años estuvo un corto tiempo en la Escuela nº 3 “Tomás de Rocamora”, y fue maestra en la Escuela nº20 “Do-mingo F. Sarmiento” durante 9 años. Hoy se encuentra desarrollando su vocación en la Escuela nº 4 “Gervasio Méndez”.

Recuerda que en su paso por la Es-cuela nº 20 tuvo muchos desafíos. “Era una población escolar muy di-fícil, los chicos no tenían contención, la recuerdo mucho porque tanta pro-blemática de los alumnos, unió mucho al equipo docente, trabajábamos y tratábamos de solucionar las cosas juntos para tratar de sacar lo mejor de cada chico”.

En 2005 llegó a la Escuela “Gerva-sio Méndez”, de la que aún hoy sigue siendo maestra. “Cuando empecé había dos o tres chicos con alguna dificultad, hoy se ven más los grupos diversos, no sólo en lo social sino también en lo intelectual”, añadió.

“Realizamos constantemente proyectos en busca de respuestas, trabajamos en red con todos los actores de la comunidad, si bien a veces no alcanza la cantidad de gente para todas las escuelas, pero tomamos las pautas y desde nuestra experiencia lo llevamos al aula”, explicó.

“Uno por ahí se plantea grandes desafíos y de repente chocas con la realidad, porque te propones metas y a veces no llegas, y te preguntas que te pasa como docente, pero la verdad es que hay muchas dificultades a nivel escolar”.

A Liliana lo que más la llena de la docencia es saber que todos los días, sus 20 alumnos la están esperando ansiosos para que ella les transmita algo, que les deje algún aprendizaje. Ese es su eje motivador diario para el otro día volver y encontrarse con la misma realidad. “Hacen que a uno no se le haga tan pesado a pesar de tener dos actividades, mis niños son mi motivación”.

Pero tampoco se olvida de sus viejos alumnos, que aún hoy se los cruza en los pasillos de la Municipalidad y se siente gratificada. “Es ver que se fueron superando y llegaron a un objetivo, es la posibilidad de cultivarse”, y destacó que “la docencia es una actividad que das servicio y creo que si cada en todos los ámbitos nos escucháramos y nos tratáramos bien, estaríamos en una sociedad mucho mejor”.

 

La ReVista Visión Municipal – Dirección de Personal – Edición Septiembre 2017.