Es bien conocido que debo lavarme las manos después de ir al baño, tocar mascotas, sus alimentos o sus excrementos, tocar basura y cada vez que las manos estén visiblemente sucias; también tenemos que entender que antes, durante y después de preparar la comida es fundamental el lavado de nuestras manos.

 

Se recomienda realizar esta importante practica además antes y después de atender a alguien que esté enfermo, antes y después de tratar una herida o corte, después de cambiarle los pañales a un niño o limpiarlo después de que haya ido al baño, después de soplarse la nariz, toser o estornudar.

 

Si bien muchas veces creemos que lavarnos las manos solamente con agua segura es suficiente, aclaramos que el lavado de manos para que realmente sea eficaz debe realizarse con agua segura y con jabón. Se ha comprobado científicamente que mientras lavarse las manos con agua ayuda a reducir el riesgo de la diarrea, el lavado de manos con agua y jabón es sustancialmente más eficaz.

 

¿Por qué es mejor con jabón?

Los gérmenes que pueden causar enfermedades se alojan en la suciedad, la grasa y los aceites naturales de las manos y el agua sola no los remueve. Además, el uso de jabón prolonga la duración del lavado, disuelve la grasa y la suciedad que transporta la mayoría de los gérmenes al facilitar el frotado y la fricción, y deja un agradable olor en las manos (lo cual constituye un incentivo para utilizar jabón). Con el uso adecuado todos los jabones son igualmente eficaces en la eliminación de los gérmenes que causan enfermedades.

 

La situación se ve agravada cuando tenemos las uñas largas; y si bien lo recomendado es mantener nuestras uñas cortas,  para garantizar que la limpieza sea total podemos utilizar un cepillo para uñas a fin de alcanzar debajo de ellas y eliminar toda la suciedad y con ellas las bacterias responsables de enfermarnos.

 

Hasta aquí hemos adquirido algunos consejos más que importantes, aunque, nos garantizaremos la eliminación total de la suciedad si a ello se sumamos el tiempo recomendado que es de 20 segundos. Los expertos en esta temática sostienen que fregar y frotar las manos con jabón durante 10 segundos no es suficiente para lograr espuma y para que las manos estén adecuadamente limpias. Es por eso que recomiendan 20 segundos como la duración más eficaz para la práctica, y no está comprobado que lavar las manos durante más de ese tiempo otorgue un beneficio extra.

 

¿Se puede reemplazar el lavado de manos por desinfectantes a base de alcohol?

Los limpiadores de manos sin agua, tales como los que contienen alcohol, pueden ser útiles, sobre todo en establecimientos de salud y para los tiempos en que el acceso al agua y jabón sea dificultoso. Sin embargo, la recomendación es que si las manos están visiblemente sucias, lavarse las manos con agua y jabón es el método más efectivo.

 

Para alguna eventualidad limpiarse enérgicamente las manos con toallitas húmedas descartables y posteriormente aplicarnos un desinfectante como alcohol en gel puede llegar a ser una alternativa práctica.