En Gualeguaychú hay actualmente alrededor de 30 pescadores artesanales, que con sus familias conforman un sector importante de la economía social. Desarrollan su trabajo en el río Uruguay, una actividad con profundas raíces y tradiciones culturales en nuestra región.

“Estamos muy contentos de que tengan su lugar en esta Fiesta tan importante. Porque desde el municipio buscamos fortalecer la organización y brindar herramientas para un mejor desarrollo de este trabajo, la agregación de valor y la conservación de este oficio característico de nuestra ciudad” resaltó Lorena Arrozogaray, directora de Producción y Desarrollo Económico.

Cabe destacar que desde la Municipalidad, junto a instituciones, se trabaja en mejorar también la producción y comercialización de los productos, a través de diversas políticas de incentivo, capacitación y acompañamiento. En este sentido también, los pescadores recientemente también se sumaron a la Feria de Emprendedores de la Economía Social que se desarrolla frente al corsódromo, ofreciendo pescados y productos derivados, a precios populares.

La Fiesta del Pescado y el Vino entrerriano cada noche contará con espéctaculos artísticos, mientras los vecinos podrán degustar, probar y comprar pescados de los pescadores artesanales locales y vinos de la provincia. Contará con la presentación de Víctor Heredia y de Peteco Carabajal, el sábado 7 y el domingo 8 de enero respectivamente. 

Fiesta del pescado y el vino entrerriano

Armado, patí, bagre, surubí, sábalo, dorado o cualquier pez de carne firme, un poco de tomate, otro poco de cebolla y algunos condimentos serán la base del chupín, un guiso de pescado con mucho caldo, comida típica de la provincia cuyo nombre es un resumen de la geografía que la contiene. Entre Ríos, rodeada por el Paraná y el Uruguay y atravesada por una amplia red fluvial en todo su verde territorio, es cuna de pescadores cuyo duro y sacrificado oficio permite la creación de deliciosos platos.

Alguna vez la rica tierra de Entre Ríos tuvo viñedos de calidad. Fue en la Costa del Uruguay donde prosperó la práctica de hacer vinos. En la zona de Colón, Villa Elisa y San José, franceses, suizos y piamonteses trasladaron al terreno la tradición cultural de sus países de origen.

Pero la actividad fue eliminada de raíz por una decisión unilateral. Corría 1936, y el gobierno conservador de Agustín P. Justo (paradójicamente un entrerriano de Concepción del Uruguay) elaboró un plan de extirpación de los viñedos entrerrianos.

Tendrían que pasar más de 60 años para que esa legislación quedara sin efecto. El año 1997 marcó el proceso de desregulación de la actividad. Y fue entonces que en Entre Ríos algunos descendientes de aquellos abuelos europeos plantadores de vides, reiniciaron la recuperación de la actividad.