Los museos y los niños
Cada año nuestros museos reciben a cientos de niños que recorren con asombro las salas en compañía de nuestros guías, quienes hacen de la visita una experiencia para no olvidar.
Cada año nuestros museos reciben a cientos de niños que recorren con asombro las salas en compañía de nuestros guías, quienes hacen de la visita una experiencia para no olvidar.
19 de Junio 2017 museos de la ciudad
La Casa de Haedo y la Azotea de Lapalma forman parte del recorrido que eligen las escuelas de la ciudad para acercar a los más jóvenes a nuestra historia, enriqueciendo las experiencias del trabajo en las aulas.
“Nuestros guías realizan un trabajo excepcional, que transforma a este paseo en una instancia de aprendizaje en la que los niños no sólo conocen pasajes de nuestra historia, sino que descubren estos espacios y todo el patrimonio que aquí se conserva y esencialmente lo reconocen como propio”, comenta Natalia Derudi, encargada de los Museos de la Ciudad.
Raúl Ingold se desempeña como guía hace ya diez años y comparte con nosotros la experiencia:
"“Este es el mejor museo del mundo” me dijo un nene de 9 años cuando terminaba la visita que habían programado sus maestras a la casa de Haedo donde soy el guía. "Ajá ¿y cuántos museos has visitado? le pregunté sonriendo por semejante aseveración, "ninguno -fue su rápida respuesta- pero no creo que haya otro mejor en el mundo", me respondió con cara de “te lo digo porque estoy seguro”
Esta pequeña anécdota me hizo reflexionar acerca de mi trabajo e hizo que lo viera desde otra perspectiva, desde los ojos de un niño, que debe ser el lugar mas inocente de la vida. Ahora estoy pendiente de la visita de las escuelas y me preparo con mucho esmero para que su viaje al pasado sea de lo mas placentero posible. Ya no me importa tanto la opinión de maestras, madres e inclusive de mis compañeros del museo. Sólo me importa que esos niños se vayan con el convencimiento que el museo es un lugar fantástico y que vale la pena visitarlo
Claro que cuento con aliados maravillosos como la réplica del sable corvo de San Martín (la estrella del museo) que hace que mi trabajo sea mucho mas fácil, ver la carita de los niños cuando lo desenvaino y se los doy para que se lo vayan pasando uno a uno es el momento mas emocionante de la visita y me digo, pensar que nosotros a esa edad nos emocionaban los personajes de Disney, a mis hijos los emocionaban Dragon Ball Z y estos chicos se emocionan por poder tocar el sable del padre de la patria. Es Justo reconocer que el mejor aliado ha sido Zamba, ese personaje tan valioso de la televisión que nos hizo volver a enorgullecernos de nuestros héroes.
Asi que… nada, esto es una forma de agradecimiento a las maestras que hacen posible que mi trabajo se llene de niños diariamente. No creo que haya otro trabajo mejor en el mundo."