La hipertensión arterial es el aumento de la presión arterial de forma sostenida. Puede desencadenar complicaciones severas como infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se controla adecuadamente.

Muchas personas tienen la presión arterial elevada durante años sin saberlo, por lo que se sugiere el control periódico de la misma, sobre todo en aquellas personas con factores de riesgo.

- La presión arterial normal es igual o menor a 120/80 mmHg la mayoría de las veces.

- La presión arterial alta (hipertensión) se da cuando la presión arterial es igual o mayor a 140/90 mmHg la mayoría de las veces.

- Si la presión arterial está entre 120/80 y 140/90 se denomina prehipertensión.

En la provincia de Entre Ríos 4 de cada 10 personas mayores de 18 años padecen hipertensión, 3 de cada 10 hipertensos lo desconoce y sólo 1 de cada 2 hipertensos tratados alcanza las metas terapéuticas.

En este sentido, la pandemia ha agravado el problema, ya que se redujeron los controles de salud tanto por aislamiento como por miedo al contagio,  esto hizo que muchas veces se interrumpieran los tratamientos aumentando la probabilidad de complicaciones, especialmente cardiovasculares, en pacientes con hipertensión. El diagnóstico de hipertensión puede prevenirse o retrasarse a través de intervenciones preventivas, Asimismo, luego del diagnóstico, es importante la toma correcta de la medicación, evitar la interrupción de la misma más allá de la normalización y realizar los controles según las recomendaciones médicas.

¿Cuáles son las causas?

Se desconoce el mecanismo de la hipertensión arterial, aunque se la relaciona con una serie de factores modificables relacionados a los hábitos y el ambiente, como el consumo excesivo de sal, el sobrepeso y la obesidad, los malos hábitos alimentarios, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo y el sedentarismo.

El consumo de sodio representa el principal factor de riesgo de hipertensión, pero es importante destacar que el 70% del sodio que se consume está "escondido" en los alimentos.

Consejos para el paciente con hipertensión

- Respetar el tratamiento farmacológico prescripto.

- Mantener un peso saludable.

- Reducir el consumo de sal de mesa, alimentos industrializados, conservas, alimentos con alto contenido de sal como panificados, caldos y sopas deshidratados, snacks, fiambres y embutidos, así como no emplear demasiada sal en la preparación y cocción de los alimentos.

- Reducir la ingesta de alcohol, consumirlo con moderación en ocasiones especiales.

- Realizar ejercicio físico periódicamente, como caminata, trote, bicicleta, natación, baile, deportes, artes marciales, etc. La recomendación es de 30 a 45 minutos, un mínimo de 3-4 veces por semana.

- Consumir alimentos ricos en potasio, como legumbres, frutas y verduras.

- Abandonar el hábito de fumar.

- Seguir una dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados como semillas, frutos secos, aceites crudos, pescados, aceitunas, palta, etc.

- Disminuir el consumo habitual de grasas saturadas como lácteos enteros, carnes grasas, achuras, embutidos, fiambres, snacks, productos de pastelería, helados, cremas, etc.

- Consumir 1.5-2 litros de agua segura diariamente, evitando los jugos y gaseosas.

Es recomendable realizar controles periódicos de salud para evitar ésta y otras enfermedades crónicas y reevaluar los tratamientos farmacológicos si la presión arterial no es menor a 140/90 mm Hg.

En cada área programática se suman diversas estrategias para la Campaña de Concientización de la Hipertensión Arterial como talleres informativos, de alimentación saludable y prevención del consumo excesivo de sal, circuitos de salud con controles de presión arterial, y detección de factores de riesgo cardiovascular. Acercate al Centro de Atención Primaria de Salud más cercano y controlá tu salud para mejorar tu calidad de vida.