El área, a cargo del Ing. Agrónomo Eduardo Petti, apuesta -entre otros puntos- a la horticultura que se desenvuelve en diferentes tamaños y escalas.
“Tenemos productores hortícolas grandes, medianos, familiares, institucionales y después están los pequeños horticultores; empezamos a transformar un poco el Bioparque ubicado en el ex Frigorífico. Se otorga una parcela de 600 metros cuadrados a familias o representantes por barrios donde la Municipalidad realiza la capacitación técnica, entrega las herramientas y semillas. Ellos deben poner su tiempo y desarrollar horticultura familiar en el Bioparque”, manifestó.
Destacó que existen dos lugares libres. “La idea es invitar a los Scout y al Rotary para que se sumen al proyecto, básicamente lo que se hace es invitarlos a que participen. Contamos con una persona del equipo que hace el mantenimiento del lugar el que está todo cercado con alambre, le hacemos inclusive el movimiento de tierra y control de malezas. Ellos tienen que hacer la horticultura”.
Adelantó que se trabaja con el INTA para dar asistencia técnica a que cada época de siembra. “El objetivo es que no queden solos; se le dan las herramientas, semillas, el espacio, el seguimiento técnico y toda la producción se la lleva cada institución, barrio o familia”.
“Si ellos después la quieren comercializar correrá por su cuenta, el eslabón nuestro termina con la producción y la cosecha; el post cosecha ya corre por cuenta de cada familia o institución”, aclaró Petti.
Estoy muy relacionado a la actividad agropecuaria, siempre, pero la cuestión social me interesa. Estuve muchos años en el Agrotécnico, ahora estoy en la Facultad de Veterinaria. Pienso que puedo ayudar y colaborar con la comunidad desde mi lugar, en buscar ideas que sirvan. La propuesta de Estela Miño me pareció un desafío totalmente nuevo, nunca había estado en un cargo público”.
-¿Educar también es una meta de su área?
Exactamente. Si sólo se otorgaba el espacio, las herramientas y semillas no alcanzaba. A partir de la extensión y la educación se consigue una excelente capacitación para que -a partir de allí- puedan empezar a engancharse con la horticultura.
En la actualidad tenemos cuatro parcelas ocupadas y dos libres las cuales queremos ocupar rápidamente. Cada parcela es para una institución. Por ejemplo, hay un barrio que son como 8 ó 9 personas que se turnan y van midiendo, arman su cronograma de tareas.
Es un trabajo diario, buscamos la forma de ayudar y colaborar para que esto prospere y tenga continuidad en el tiempo. La gente viene, se le entrega las herramientas hace su trabajo, movimiento de tierra, control de plagas, riegan, siembran, trasplantan y cuando terminan recibimos las herramientas y las guardamos; son del municipio, está bajo custodia; está inventariado para que haya un orden.
Tiene mucho potencial de mejorar, pero queda a manos de la capacitación, si los dejas solos no prospera. Tiene que haber una educación, la cultura de la horticultura no es tan sencillo, tiene un proceso.
Y ahora viene la otra parte, el regalar semillas para que la gente se enganche con la horticultura no funciona. Estoy convencido que eso funciona si uno lo acompaña, capacita y la persona empieza a ganar su propia comida. Dar por dar no sirve hay que capacitar.
-¿Qué es lo que trabaja la gente?
Acá tenemos una ventaja en todo lo que tiene que ver con hojas, se pueden hacer tubérculos. Los suelos nuestros son muy arcillosos y pesados para la papa, anda muy bien lo que es lechuga, rúcula, acelga y espinaca y eso es lo que se está trabajando. En primavera ir hacia todo lo que es pimiento, berenjena y tomate.
Incorporación de una plantinera
El Ing. Petti hizo mención a lo que no hay en la actualidad en Gualeguaychú “y nos parece un tema sumamente importante para abordar y que ya hemos trabajado y avanzamos mucho. Me refiero a una plantinera”.
Brindó un ejemplo. “Si sos productor hortícola del cinturón verde de Buenos Aires, productor importante de horticultura y vendés en el Mercado Central, no sembrás; como productor comprás los plantines, los llevas a tu campo y te aseguras un proceso difícil que está ganado. Lo adquirís al señor que tiene la plantinera”.
Acompañado por personal de la Dirección de Producción realizó viajes “para recorrer y capacitarnos para después poder volcar la información; es increíble el movimiento de plantineras que hay en La Plata, Florencio Varela, entre otros”.
El proyecto es poder poner una plantinera en Gualeguaychú. Los plantines vienen de Buenos Aires de todas las especies como tomate, lechuga, berenjena; todo listo para sembrar, entonces te ahorras un montón de procesos”. El proyecto próximo es salir de la semilla e ir al plantín.
-¿Qué se necesita? ¿espacio físico?.
Se necesita una máquina sembradora neumática donde uno pone una bandeja, tiene todos los lugarcitos para que nazca, cada lugarcito, cada agujerito de la bandeja se pone una semilla y nacen los plantines.
Hay diferentes tamaños de bandeja, cada especie tiene su tamaño, se llena con una especie de tierra que en realidad no es tierra, es sustrato, la máquina es neumática. Pasa la máquina, siembra, la máquina riega y lo tapa, esa bandeja va a una cámara donde se produce la germinación y ahí se entrega la bandeja con los plantines.
Hay que esperar que nazca el plantín, una vez que se logra este paso va a un invernadero a rustificarse y después de la rustificación se entrega.
-¿En qué paso se está para la obtención de la plantinera?
Tenemos desarrollado el proyecto de la A a la Z, estudiamos, nos capacitamos, hicimos viajes y nos contactamos con profesionales. Primero se concretó un censo de cuántos plantines se necesitan para dimensionar la plantinera. Se preguntó a los productores cuál sería la demanda de los plantines, de huertas comunitarias y familiares y dimensionar.
Nos falta el financiamiento para poder llevarlo a cabo; la plantinera estaría en el galpón del ex frigorífico, el invernáculo estaría en la zona del Bioparque; hace falta hacer como mínimo un invernadero de 50 metros de largo por unos 9 metros de ancho; lo más costoso es la máquina.
Dentro del invernadero se hacen unos caballetes, se ponen los plantines, se pueden ir colocando varios.
-Se trata de un proyecto que suma varios enfoques.
Exacto. Uno, es facilitarle a la gente la horticultura, darle el plantín y no la semilla.
El plantín le da otro color, la gente ya ve la hojita. Y si yo entrego la semilla probablemente la guarde en un cajón. El plantín hay que sembrarlos porque se va a morir. Ya hay gran parte del éxito asegurado.
Después, pensamos en que haya una articulación público-privado. Ellos nos dan la semilla, el sustrato y nosotros como Estado le hacemos los plantines. Con una contraparte, por supuesto para que no que quede algo reducido a nada.
- ¿Se está analizando la inversión del municipio?
Estamos buscando esa forma de cómo lograr hacer esta inversión. Hay diferentes tamaños de una sembradora neumática. Una usada que esté en buenas condiciones es una opción. Tiene un valor importante.
La sembradora sola no sirve, se debe contar además con las bandejas, el sustrato y el invernadero con el nylon, los palos y las cabreadas.
Articulación público-privado
Que exista una en Gualeguaychú sería de vanguardia y novedoso.
Lo importante es que sea útil y con la posibilidad de hacer una conexión de lo público con lo privado, que los productores se acerquen y cuenten con ese servicio.
“En lo que tiene que ver con los productores comerciales, que tienen ya otra escala, la idea es que ahí haya una articulación público-privada, de que los productores puedan contar con un servicio de calidad supervisado por nosotros para que ellos puedan hacerse los plantines y no tengan que ir más a Buenos Aires a comprarlos”, sostuvo el profesional.
Se buscar la forma de que el Estado pueda obtener un resultado para entregar a las familias, barrios e instituciones. “Los productores podrán traen la semilla, el sustrato, le hacemos los plantines pero nos dejan un poco más de semilla y un poco más de sustrato para que nosotros tengamos más, aumente nuestra capacidad para darle, por ejemplo, al Bioparque”.
El municipio no puede tener una relación comercial, no puede vender. Pero sí puede hacer un acuerdo para que se beneficie indirectamente a sectores más humildes. “En vez de traer semillas para 10, que es lo tuyo, que entregue para 15. Esas 5 también las trabajamos y buscamos la forma de ayudar a sectores que lo requieran. Esa es un poco la idea que estamos pensando respecto a la plantinera, que es un tema que nos está ocupando mucho y tenemos muchas ganas de poder llevarlo a cabo”, graficó el Ingeniero Eduardo Petti.
Me gustaría que el paso por esta etapa como funcionario pueda dejar algo que realmente le quede a la comunidad, al proyecto productivo de Gualeguaychú. Eso es lo que me desvela”.