La alegría y la creatividad de los niños fueron las protagonistas del cierre de actividades en el EMPI Solcito. Juegos clásicos como la carrera de cucharas, el baile de estatuas, "saco la cola al zorro" y el tradicional baile de las sillas desafiaron la habilidad, la coordinación y la imaginación de los más pequeños.

El juego, elegido como consigna central para este cierre y como eje a lo largo de todo el año, permitió a los niños aprender a relacionarse con sus compañeros, resolver problemas, desarrollar su creatividad y fortalecer su autoestima.

Desde el EMPI Solcito destacan que el juego es una herramienta clave para el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños. Por eso, se fomenta tanto el juego libre y espontáneo como las actividades lúdicas dirigidas, diseñadas para estimular distintas habilidades esenciales en su crecimiento.

Al final de la jornada, cada niño recibió una carpeta con todos los trabajos realizados durante el año, un recuerdo invaluable que las familias se llevaron a casa como testimonio de esta etapa tan significativa en la vida de sus hijos.

Con este emotivo cierre, el EMPI Solcito reafirma su compromiso con la educación integral, ofreciendo un espacio cálido y seguro donde los niños pueden crecer, aprender y desarrollarse plenamente.