En nuestra región, esta jornada adquiere especial relevancia por la necesidad de preservar la fauna nativa, fundamental para el equilibrio ecológico y el patrimonio natural de nuestra comunidad.
La fecha fue proclamada en 1998 por organizaciones y activistas de defensa animal, y coincidente con el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos e invita a ampliar los principios de dignidad, ética y respeto hacia todos los seres vivos, reconociendo que sienten, sufren y cumplen roles esenciales en los ecosistemas que compartimos.
Las especies autóctonas de nuestra región enfrentan amenazas crecientes como la pérdida de hábitat, el tráfico ilegal, la caza furtiva, la introducción de especies exóticas invasoras y el deterioro de ecosistemas como montes, pastizales y humedales. Su conservación es indispensable no solo por su valor ecológico, sino también por la salud ambiental y la calidad de vida de toda la población.
Proteger a la fauna nativa implica garantizar corredores biológicos, restaurar ambientes degradados, cuidar los espacios naturales y promover la educación ambiental como herramienta fundamental para construir una comunidad más consciente y comprometida.
La ciudad cuenta con un marco normativo específico para asegurar la conservación de sus ambientes naturales. La Ordenanza Nº 12939/2024 creo el Sistema Municipal de Áreas Naturales Protegidas y declaró de interés público la preservación de los ambientes naturales y sus especies. Este sistema integra áreas de dominio municipal y, mediante convenios, áreas privadas que deseen sumarse a las acciones de conservación.
La norma establece objetivos centrales como conservar muestras de todos los ambientes naturales del municipio, restaurar ecosistemas degradados, mantener la diversidad biológica y controlar especies exóticas invasoras. Asimismo, promueve la reforestación con especies nativas como quebracho blanco, timbó, espinillo y ceibo.
Dentro de las áreas protegidas municipales, la ordenanza prohíbe la caza, la pesca, la recolección de fauna y flora, la contaminación, la introducción de especies exóticas y el ingreso de animales domésticos, garantizando así un marco sólido de protección para la fauna silvestre.
Desde el Gobierno se recuerda que es importante:
- No adquirir ni mantener fauna silvestre de manera ilegal.
- Denunciar situaciones de maltrato, captura o comercialización de animales nativos.
- Evitar prácticas que dañen los hábitats naturales, como quemas innecesarias o la alteración de humedales y montes.
- Reducir consumos que favorezcan la pérdida de biodiversidad.
- Participar en programas de educación ambiental, conservación y voluntariado impulsados por el Gobierno de Gualeguaychú.