La donación fue realizada por un vecino de esta ciudad, que se acercó con una importante cantidad de objetos de la vida cotidiana, que habían pertenecido a su familia, convencido del valor que cobran estos bienes  en el contexto de las salas de un museo. Antiguas lámparas a kerosene y candelabros, un  tintero, perfumeros y pizarras son algunos de los objetos que ahora forman parte del acervo del Museo.

“Es importante destacar que cada objeto que ingresa a nuestros museos es inventariado y se realiza la firma de un “acta de donación”. Es fundamental el registro de todo los detalles que referencian su procedencia, la historia que los atraviesa,  que en definitiva pasa a ser nuestra propia historia”, informa Natalia Derudi.

La Lic. En Conservación y Restauración, Pilar Piana, que forma parte del equipo que trabaja en los Museos, es quien realiza la puesta en valor de los objetos, que paulatinamente se incorporan a la exposición, para ser utilizados como nuevas herramientas pedagógicas y de difusión del conocimiento.