Con entrada libre y gratuita, la actividad se realiza todos los sábados y feriados a las 14, comenzando desde la fachada del Cementerio Norte, declarada de interés patrimonial por el Honorable Concejo Deliberante. Durante 90 minutos, los asistentes recorrerán espacios significativos, finalizando el paseo en la histórica capilla “Nuestra Señora del Carmen”.

El objetivo de la visita es realizar un recorrido por nuestra historia a través de los diferentes personajes que trazaron un hito en nuestra sociedad, como por ejemplo Gervasio Méndez, Prof. Rosa Regazzi, Fray Mocho, “Toto” Irigoyen, Jose Luis Gestro, “La Yuyera”, entre otros. 

Durante la actividad se conoce la historia de "La Toto Irigoyen". Desde muy joven supo embanderarse con causas relacionadas con la caridad, el amor al prójimo y la lucha por los humildes, para continuarlas a lo largo de su vida y traducirlas en concreciones exitosas, a pesar de los dolores que le infringieron las duras circunstancias que tuvo que atravesar. Una de sus obras más relevantes la creación de la Guardería Nazareth.

Otro personaje característico es José Antonio Blanc, “Matecito”. Nació el 29 de marzo de 1938 y falleció el 4 de noviembre de 1992. Participó durante muchos años en los Corsos Barriales, marcó un estilo y luchó por el crecimiento de esa fiesta. Fue así que en su homenaje la Secretaria de Cultura al llamar “Matecitos” a los Corsos Tradicionales.

También, se recorre la historia del Padre Luis Félix Jeannot Sueyro, conocido popularmente como el "cura gaucho", fue una figura emblemática y muy querida en Gualeguaychú y sus alrededores. Nacido el 20 de noviembre de 1917 en una chacra a orillas del arroyo Gualeyán, era el menor de nueve hermanos, de madre española y padre francés. Su vida estuvo marcada por un profundo compromiso con los más necesitados. El Padre Jeannot no solo fue un líder espiritual, sino también un motor de desarrollo social. Impulsó la creación de clubes y colaboró incansablemente con la comunidad, ganándose el respeto y la admiración de todos. Su figura trascendió lo religioso, convirtiéndose en un símbolo de solidaridad y cercanía con el pueblo. Falleció el 30 de julio de 2008, a los 90 años, dejando un legado imborrable que aún hoy se honra en Gualeguaychú, con calles, escuelas y hasta el acceso principal de la ciudad llevando su nombre. Su memoria perdura como la de un sacerdote que vivió para los demás, dejando una huella de fe, trabajo y amor al prójimo.

Este recorrido no solo es una propuesta cultural, sino también un homenaje a quienes, con su entrega y compromiso, construyeron los valores que hoy nos representan como sociedad.

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